dijous, 12 de maig del 2016

Madres

Madres – La Fuente de Vida y Otras Cosas
Por Jennifer Hoffman - 10 de Mayo 2016

El Día de las Madres se celebró en muchas partes del mundo en este fin de semana pasado y todos tienen opiniones diferentes sobre este día. Para quienes su madre amada ha fallecido pueden haber sentido tristeza o dolor en ese día. Otros no tanto cuando tienen que enviar una postal o un regalo, o dedicar tiempo a su madre porque están enojados, resentidos y dolidos por lo que ella ha hecho o no ha hecho por ellos. Otros quisieran haber elegido una madre diferente de la que tienen y están los que disfrutan este día, aprecian a su madre y les alegra dedicarle tiempo a ella.   
Sea cual sea su experiencia de ‘madre’ elegimos conscientemente la madre que aceptó darnos la vida, dejando en nosotros una huella específica de ADN emocional, fijando paradigmas energéticos detallados y parámetros dentro de nuestro cuerpo de energía y creando las bases para lo que sería nuestro propósito de vida para que aprendiéramos a amarnos y empoderarnos. Podemos juzgar a nuestra madre porque no sea lo suficientemente buena, por no amarnos, apoyarnos o guiarnos suficientemente, por ser cruel, despreocupada y cosas peores, y no obstante ella hizo exactamente lo que le pedimos que hiciera dentro de nuestro contrato compartido del alma.     
La madre que esperábamos sirviera nuestras necesidades emocionales a tantos niveles, pero no siempre en la forma que pensamos que ella debía. En su lugar, ella sirvió a nuestras necesidades espirituales y kármicas y para entender a nuestra madre y su papel en nuestras vidas y ser capaces de liberar las emociones respecto a ella, tenemos que entenderla también a ella desde esta perspectiva. 
Como nota adicional, esto no excusa el comportamiento inadecuado de alguien o hace que sea correcto porque no es así. Todos pueden elegir sus acciones y algunos ejercen sus contratos Álmicos en la forma más reprobable posible. Pero cuando nos cargamos de enojo, resentimiento o malestar respecto a lo que nuestras madres hicieron o no hicieron, cómo nos trataron, o lo que hubiésemos querido que ellas hicieran o fuesen en su lugar, limitamos nuestras vidas y la expansión de nuestra energía por senderos más alegres y plenos.   
El alma que acuerda convertirse en nuestra madre en una vida es, por cierto, la persona más importante e influyente en nuestro grupo álmico. Eso no significa que vayan a tratarnos con bondad amorosa, significa que van a cumplir la misión de su alma en nuestras vidas de la forma que mejor puedan, según nuestro contrato del alma.
Hay tres aspectos de la energía física, emocional y espiritual de la madre
  • A través del aspecto físico nuestra madre acuerda darnos la vida, traernos al mundo.
  • A través del aspecto emocional ella acuerda energizar nuestra impronta en el ADN emocional creando nuestro paradigma de poder.
  • A través del aspecto espiritual, tenemos nuestro contrato álmico con ella que fija las bases para otros dos aspectos, que incluyen la sanación de nuestro karma con nosotros mismos, con nuestro grupo álmico y con ella.
Al reconocer estos tres aspectos de la maternidad, nuestra relación con la madre comienza a adoptar nuevas dimensiones y podemos considerarlo desde una perspectiva totalmente diferente.
Parte de nuestro trabajo como seres conscientes e iluminados fue el de preparar a la tierra para nuevas generaciones de niños y para ser el tipo de padres que ellos necesitarían para expresar plenamente su energía. Lo que aprendimos de nuestras madres nos ayudó  a hacer eso porque nos convirtió en padres más conscientes – conscientes de la energía, sentimientos, emociones, acciones, potencial, dolor, traición y poder.  
La mayoría de los nacidos antes de los 80 tenían madres poderosas encerradas en vidas impotentes y a veces vertieron sus frustraciones sobre nosotros. En mis años de asesoramiento intuitivo me ha asombrado el número de madres enfermas mentalmente, desorientadas y hasta psicóticas. Sus hijos se convirtieron en víctimas de energías que no podían utilizar, manejar o expresar y fueron muy mal tratados. Me sorprende que algunos de mis clientes hayan logrado vencer su niñez porque su experiencia fue terrible.
Como adultos, utilizamos lo que experimentamos con nuestra madre para lograr un mayor propósito en nuestro uso del poder o vivir en agonía silenciosa, dolor e impotencia al tener una madre que no nos dio suficiente apoyo, guía o atención, o al menos eso creemos. O que nos dañó tanto emocionalmente que nunca nos recuperamos.
Podemos utilizar la celebración del Día de las Madres para amamantarnos, para liberarnos de una carga de energía muy tóxica perdonando a nuestras por todo lo que hicieron o no hicieron y reconocerlas como maestras espirituales que han sido. Y entonces amarnos de la forma en que queremos ser nutridos, apoyados, guiados y amados, comenzando con nosotros mismos lo que entonces atrae a personas amorosas que nos pueden llevar más allá de la experiencia del contrato del alma con nuestra madre dándonos una nueva experiencia de amor que podamos incorporar, encontrar en ella paz y compartirla con el mundo. 
Y si a través de nuestra experiencia en la niñez fuimos padres más compasivos, amorosos y conscientes con nuestros hijos entonces podemos celebrar nuestra victoria al haber concluido el ciclo kármico creando un nuevo nivel de maternidad empoderada que honra la misión del alma madre/hijo y el propósito de vida en una forma más amorosa, respetuosa y sostenida.   
Jennifer Hoffman

Derechos de autor reservados © 2016 por Jennifer Hoffman. Pueden citar, traducir, reimprimir o referirse a este mensaje si mencionan el nombre de la autora e incluyen un vínculo de trabajo a: http://enlighteninglife.com Traducción: Fara González
Difusión: El Manantial del Caduceo en la Era del Ahora - http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm

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