Comienzos,
Finales &
Cierre Por Jennifer
Hoffman
18 de Agosto
2014
A veces nos lleva
tiempo prepararnos para permitir que algo termine pero una vez que pensamos que
estamos listos, queremos avanzar enseguida. Hemos terminado con lo viejo y
estamos listos para nuevos comienzos. Pero ellos no siempre están listos para
nosotros, o no estamos tan listos para asumirlos como pensamos. Comenzamos a ver
demoras, cosas que surgen, necesitamos enfocarnos en aquello en lo que pensamos
que ya hemos terminado y nos frustramos. No queremos estar ya más en ese
espacio, estamos listos para avanzar. ¿Pero lo estamos? Estos ‘cabos sueltos’,
los pequeños detalles molestos y las situaciones que ahora exigen nuestra
atención parecen una pérdida de tiempo pero son verdaderamente una parte
importante de nuestros nuevos comienzos, porque es ahí donde encontramos tanto
el cierre como el aprendizaje final que nos garantiza que nuestros nuevos
comienzos no incluyan la energía de aquello que queremos dejar atrás. También
son nuestro ‘as bajo la manga’ que nos permite estar algo atascados, sólo en
caso que necesitemos una excusa o una oportunidad para cambiar de idea, si
queremos.
Allá en los años 70
cuando el divorcio se volvió algo más aceptable socialmente y la gente comenzó a
poner fin a sus matrimonios, se les aconsejaba que esperaran unos cuantos años
antes de casarse de nuevo. De no ser así, se arriesgaban a casarse con el
mismo tipo de persona de la cual justo se habían divorciado. Este era un consejo
sabio porque, como muchos descubrieron, era cierto. Si no se tomaban un tiempo
para hacer su trabajo de sanación, para amarrar los cabos sueltos en sus propias
vidas emocionales, encontrarían otra pareja que los ayudaría con aquellas
lecciones. En lugar de un nuevo comienzo, su nueva relación sería un espejo de
la vieja y lo que ellos pensaban que sería un paso de avance realmente era un
movimiento lateral porque no habían completado el proceso necesario para un
verdadero cierre.
Si no nos damos
tiempo para amarrar nuestros propios cabos sueltos, que siempre surgen si son
parte de nuestro proceso de cierre, entonces nuestro nuevo comienzo se
convertirá en un movimiento lateral y en lugar de ayudarnos a avanzar hacia una
realidad más plena y alegre, entraremos en algo que es muy similar a lo que
recién habíamos dejado atrás. Si nos hubiésemos dado el tiempo para completar el
proceso de terminación, al atar los cabos sueltos que se presentaban por sí
mismos (y siempre lo hacen) entonces creamos nuevos comienzos a partir del
cierre y estamos libres y frescos para avanzar hacia una nueva realidad.
Sabemos que tenemos
cabos sueltos cuando nuestro avance no sucede rápidamente. A un nivel
inconsciente creamos nuestros propios bloqueos a través de las demoras, los
accidentes, el drama y los eventos sorpresivos que parecen salir de la nada.
Estos son recordatorios de la ‘vieja’ energía que necesita despejarse antes de
que puedan ocurrir nuestros nuevos comienzos, que son verdaderamente nuevos. A
un nivel consciente, nos preparamos para nuestros próximos pasos y hacemos todo
lo posible para mantenernos enfocados en este resultado y pensamos que las
demoras son señales de que al menos, no somos merecedores o que cuando más, no
estamos listos para los cambios. La verdad radica entre los dos – estamos listos
para los cambios pero necesitamos atender primeramente nuestros cabos sueltos,
para que nuestro movimiento sea de avance y no lateral.
Los cabos sueltos
sirven otro propósito más recóndito. Nos dan el tiempo y el espacio que
necesitamos para cambiar nuestro enfoque. Podemos utilizarlos como una excusa
conveniente y útil para evitar que avancemos. O podemos utilizarlos como una
forma de hacer un cambio para el cual no estamos totalmente listos, aunque no
estemos felices con el punto donde estamos. Si decidimos que no estamos listos
para el cambio, un cabo suelto difícil puede ocupar nuestra energía lo
suficiente para demorar indefinidamente ese cambio. Pero si estamos listos para
avanzar, entonces las demoras nos ayudarán a comprender cuán cansados estamos de
estar en ese espacio energético y nos compulsan a atender aquello que ha estado
reteniéndonos en ese espacio energético, de una vez por todas.
Por extraño que
parezca, nosotros bloqueamos nuestro propio desarrollo y creamos nuestra propia
interferencia, independientemente de cuánto queramos un nuevo comienzo. Aunque
estemos enfocados en los próximos pasos y en los nuevos resultados, nuestro
deseo inconsciente de algo diferente es lo que crea nuestra percepción de
nuestros cabos sueltos, los asuntos inconclusos que tenemos que abordar antes de
que hayamos terminado con algo, total y completamente. Así que en lugar de
permitir que estos sean recordatorios frustrantes de nuestros fracasos, es mucho
mejor que prestemos atención a nuestros cabos sueltos para que nuestro cierre
sea genuino y completo y hayamos despejado el camino para la ocurrencia de
nuestros nuevos comienzos.
Derechos de autor
reservados © 2014 por Jennifer Hoffman. Pueden citar, traducir, reimprimir o
referirse a este mensaje si mencionan el nombre de la autora e incluyen un
vínculo de trabajo a: http://enlighteninglife.com - Traducción: Fara González López - Difusión: El Manantial del Caduceo - http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
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