Del
25 de julio al 6 de septiembre
Venus
retrógrado (mayormente) en Leo
Por Sarah Varcas - 21 de Julio 2015
Independientemente entrelazados - Por Sarah Varcas
Mientras Venus
emplea la gran mayoría de este período retrógrado en Leo, en realidad cambia su
dirección a Virgo.
En este detalle descansa oculta la clave de su entero viaje
retrógrado: se trata de los matices, no de la imagen completa. Venus en Leo es
llamativo y demostrativo, apasionado y radiante, pero en las sutiles y
modeladoras manos de Virgo él sabe que la más confiable seguridad en sí misma
nace del minucioso autoconocimiento: la familiaridad con los enredos y vueltas
de la psique de uno mismo y sus influencias sobre nuestro bienestar y
relaciones. Cuando está retrógrado, Venus revela los puntos débiles de esas
relaciones, invitándonos a ver qué podría haber oculto. Ella descubre las
sutiles dinámicas que forman nuestras interacciones con los demás al tiempo que
nos recuerda que la relación más importante es con nosotros mismos.
Venus retrógrado en Leo necesita muy
poco del mundo exterior. Él está seguro de su mundo intrínseco y no requiere de
afirmaciones externas. Esto puede ayudar pero también entorpecer las relaciones.
Podemos estar tan seguros de nuestra posición que los demás se vuelven
insignificantes ante nuestra seguridad en nosotros mismos. Alternativamente, la
confianza en el autodominio, puede habilitarnos para que voluntariamente demos
completamente al otro sin disminuir de ninguna manera nuestra percepción de
nosotros mismos. Saber que el amor del Divino fluye a través de nuestras venas
nos permite dar de ese amor lo que se requiera, seguros de que nuestras
reservas serán repuestas por siempre por la fuente sagrada. Para aquellos con
necesidad de este amor y afecto, nuestra atención llega como una fuerza sanadora
despertando su autoaceptación del amor.
El desafío de este Venus retrógrado
es salvar las distancias entre la autosuficiencia aislada y la interdependencia
revitalizadora. Lo hacemos aprovechando las sutilezas virginianas. Venus no
puede vivir sólo en su interior y ser feliz, saludable y completo. Necesita
conexión, confort, afecto y unirse al crecimiento. Venus aviva la llama del amor
y nos une para compartirlo. Él naturalmente trata de conectar, no de separar. Si
nos encontramos aislados durante este pasaje retrógrado, desconectados de
aquellos con los que buscamos intimidad, Venus nos anima a considerar si nos
volvimos tan autosuficientes que creemos que no necesitamos nada ni nadie. Esa
creencia no nace de un ser soberano sino de un ser atrapado, rodeado de muros
defensivos construidos para evitar la vulnerabilidad de la necesidad,
dependencia y deseo. Venus nos invita a preguntarnos cómo aseguramos nuestro
aislamiento y como es posible que no necesitemos a nadie en un mundo de siete
mil millones de personas interdependientes. Nos pide reflexionar sobre hechos de
dependencia: el trabajo de extraños que nos aseguran tener agua en la bacha de
la cocina, los esfuerzos de nuestros ancestros en cuyo legado vivimos hoy; el
trabajo de quienes producen los alimentos que necesitamos para sobrevivir.
Ninguna persona es una isla, siempre estamos presentes. En un mundo
interconectado, la interdependencia no es un fracaso, es una realidad, no es
debilidad, es una verdad fundamental cuya comprensión puede salvarnos a
todos.
Es tiempo de explorar nuestra
dependencia, de enfrentar los pensamientos y sentimientos que se activan cuando
reconocemos que nuestra propia vida descansa en manos de otro. En verdad, cada
uno de nosotros tiene la de otro en sus manos, sustentando su florecimiento o
aplastando sus delicados pétalos aun cerrados con nuestra propia necesidad de
control. Cada uno de nosotros tiene un enorme deber de cuidar a los demás tanto
como a nosotros mismos y debemos estar dispuestos a aceptar cada día la
vulnerabilidad de la interdependencia para nuestro propio bienestar y
supervivencia.
Venus nos recuerda que la
autosuficiencia es una fortaleza sólo cuando nos permite dar y recibir en igual
medida. La necesitaremos en los próximos meses para recorrer los altibajos del
cambio y pararnos firmes en la fase del desafío que nos amenaza con manejarnos,
por supuesto. Pero igualmente necesitamos otros que vayan a nuestro lado, para
alentarnos mutuamente cuando la travesía se haga difícil, para compartir las
provisiones durante el viaje y los sueños de cada uno. No somos islas en un
océano de autoprotección; en cambio, somos una vida, que vive a través de cada
uno de nosotros para alimentarse y cuidarse a sí misma. Mientras Venus viaja de
vuelta a través de Leo, nos invita a conocernos a nosotros mismos como al otro,
para celebrar la dependencia y para honrar el hecho de que cada uno de nosotros
sostenemos la vida de otra persona en nuestros corazones y en nuestras
manos.
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Sarah
Varcas
© Sarah Varcas 2015. Todos los
derechos reservados. Se permite compartir libremente este artículo en su
totalidad si se otorga crédito total a la autora, se distribuye libremente y se
incluye la URL www.astro-awakenings.co.uk Traducción: Olga Graciela Torres Morel
Difusión: El Manantial del Caduceo - http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
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