Energia De La ‘A’ A La ‘Z’ (5):
Meditar en la respiración. Volviendo
al hogar de nuestro centro.
por Lee Harris
El regreso a nuestra
respiración. Métodos para entrar en un estado de calma.
Podemos utilizar muchos
métodos para tranquilizarnos, como poner velas en nuestra habitación, tomar un
baño, practicar yoga, meditar, compartir momentos agradables con un amigo…
Uno de los métodos más rápidos,
más sencillos y personales de que disponemos consiste en, simplemente, volver a
la respiración.
Tres respiraciones profundas.
La fórmula sencilla para encontrar tu propio ritmo.
Vivimos en un tiempo de exceso de
estímulos; nos vemos invadidos continuamente por la energía, las ideas y los
planes de otras personas. Si no nos tomamos el tiempo necesario para
asimilar toda esa información, de modo que podamos integrarla y nuestro
cuerpo a su vez pueda procesarla, podemos sentirnos abrumados y salirnos de
nuestro centro, o bien sentirnos un tanto caóticos o excesivamente
emocionales.
La respiración es una práctica
que podemos llevar a cabo diariamente y que, de una manera muy rápida, nos
ayudará a bajar todo ese exceso de estímulos que se acumulan alrededor de la
cabeza (también el exceso mental y el exceso de energía en el tercer ojo para
los más psíquicos), hasta el vientre, que es el centro de nuestras relaciones y
nuestro centro físico.
Es una forma de invitar a la
energía del cuerpo y a la energía acumulada durante el día en nuestro
campo energético a que desciendan hasta nuestro centro, que es también nuestro
hogar (Lee se señala el vientre con las manos).
Lo único que tenemos que hacer es
respirar. Así que, te invito a respirar conmigo.
Vamos a realizar algunas
inspiraciones profundas y a exhalar después muy despacio. No es necesario
forzar nada; puedes hacerlo a tu propio ritmo y a la velocidad que te sea más
cómoda.
(Lee inhala lentamente por la
nariz y exhala despacio, por la boca, tres veces).
Éstas tres respiraciones
profundas nos han llevado menos de un minuto. Puedes hacerlas en un tren
atestado de gente, en la habitación de un hotel, o en cualquier situación en
que te sientas sobrecargado de estímulos externos y mentalmente más frágil.
Cuando sientas que pierdes el centro y la calma, siempre puedes recurrir a
ellas.
Éste es el método más rápido.
Dos minutos de respiración.
Permitir que tus pensamientos y emociones se aquieten.
Si deseas dar un paso más, crear
un espacio para que tus pensamientos y emociones se aquieten, o deseas
convertirlo en una práctica de sanación diaria, entonces invitaremos a nuestro campo
de energía a que se instale en nuestro centro. Con ello disfrutaremos de unos
momentos de calma con nosotros mismos.
Este ejercicio puede realizarse
si lo deseas durante 5 minutos, hasta 5 ó 6 veces al día. Incluso puede hacerse
durante 20 minutos al día.
Un entorno que nos resulte
agradable puede ayudarnos en nuestra práctica . Algunos puede que prefieran la
naturaleza; otros, tal vez prefieran correr las cortinas de su habitación,
asegurarse de que todos los aparatos electrónicos están desconectados, quizá
apagando las luces y encendiendo algunas velas. Una vez te encuentres cómodo,
abandónate a las sensaciones.
Vamos a hacerlo juntos durante
algunos minutos para practicar.
(Lee vuelve a tomar aire
lentamente por la nariz y a expulsarlo muy despacio por la boca. Repite esta
respiración una y otra vez durante dos minutos).
Antes de terminar, quería
mencionar dos puntos que podrían ayudarte en tu práctica de respiración.
Siempre te llegarán sonidos y
distracciones procedentes del exterior. Si te cuesta concentrarte, no sólo es
aconsejable poner las manos en el vientre y respirar con él; también puedes
imaginar una bola de luz dorada (o del color que prefieras) en toda esa zona. Imagina
que bajas toda tu energía hacia esa bola de luz en el vientre, para anclarla
ahí.
En segundo lugar, si tu mente
está muy activa y los pensamientos te invaden mientras trabajas con la
respiración, tienes dos opciones.
Puedes permitir los pensamientos
y centrarte en llevar tu respiración hasta el estómago y el vientre. O bien,
puedes neutralizar esos pensamientos caóticos de la mente con algunas
afirmaciones:
“Me permito a mi mismo estar
aquí”.
“Me permito mí mismo estar en
calma”.
“Estoy seguro y a salvo
cuando estoy tranquilo”.
“Me invito a mí mismo a este
momento”.
Por lo tanto, este ejercicio
tendrá dos efectos: por un lado, aliviará de forma temporal pero inmediata la
sensación de sentirte sobrecargado de estímulos y, por otro, te ayudará a
volver a tu centro.
Si lo llevas a cabo como un
hábito regular y durante periodos más extensos de tiempo, poco a poco, hará que
tu cuerpo se habitúe a una práctica meditativa. El cuerpo empezará a entender
que puede ser y albergarlo todo dentro de tí.
Y, se darán momentos de
gracia en que podrás bajar el volumen de la sobreestimulación procedente del
mundo exterior, para centrarte únicamente en tí y en tu respiración. Este
ejercicio no sólo te ayudará a sentirte más seguro y hará que tu día sea mejor,
sino que también lograrás, gracias a él, la sensación de poder mantenerte en tu
centro durante el resto de tu vida.
Maneras sencillas de
permanecer tranquilo y centrado:
La luz de las velas, baños
calientes, música, meditación, conversar con un amigo, desconectar los aparatos
electrónicos, pasear en la naturaleza.
La manera más sencilla: volver a
la respiración.
Mucho amor para todos. Que
disfrutéis de vuestra respiración.
Puede encontrarse el audio en
inglés en: https://www.youtube.com/watch?v=AFszBJD3-JY
(c)
copyright 2015 - all rights reserved by Lee Harris Energy - http://www.leeharrisenergy.com - Traducción: Rosa García
Difusión: El Manantial del Caduceo - http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
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