Madres – La Fuente de Vida y Otras
Cosas
Por Jennifer Hoffman - 10 de Mayo 2016
Por Jennifer Hoffman - 10 de Mayo 2016
El Día de las Madres se celebró en muchas partes del mundo en este
fin de semana pasado y todos tienen opiniones diferentes sobre este día. Para
quienes su madre amada ha fallecido pueden haber sentido tristeza o dolor en
ese día. Otros no tanto cuando tienen que enviar una postal o un regalo, o
dedicar tiempo a su madre porque están enojados, resentidos y dolidos por lo
que ella ha hecho o no ha hecho por ellos. Otros quisieran haber elegido una
madre diferente de la que tienen y están los que disfrutan este día, aprecian a
su madre y les alegra dedicarle tiempo a ella.
Sea cual sea su experiencia de ‘madre’ elegimos conscientemente la
madre que aceptó darnos la vida, dejando en nosotros una huella específica de
ADN emocional, fijando paradigmas energéticos detallados y parámetros dentro de
nuestro cuerpo de energía y creando las bases para lo que sería nuestro
propósito de vida para que aprendiéramos a amarnos y empoderarnos. Podemos
juzgar a nuestra madre porque no sea lo suficientemente buena, por no amarnos,
apoyarnos o guiarnos suficientemente, por ser cruel, despreocupada y cosas
peores, y no obstante ella hizo exactamente lo que le pedimos que hiciera
dentro de nuestro contrato compartido del alma.
La madre que esperábamos sirviera nuestras necesidades emocionales
a tantos niveles, pero no siempre en la forma que pensamos que ella debía. En
su lugar, ella sirvió a nuestras necesidades espirituales y kármicas y para
entender a nuestra madre y su papel en nuestras vidas y ser capaces de liberar
las emociones respecto a ella, tenemos que entenderla también a ella desde esta
perspectiva.
Como nota adicional, esto no excusa el comportamiento inadecuado
de alguien o hace que sea correcto porque no es así. Todos pueden elegir sus
acciones y algunos ejercen sus contratos Álmicos en la forma más reprobable
posible. Pero cuando nos cargamos de enojo, resentimiento o malestar respecto a
lo que nuestras madres hicieron o no hicieron, cómo nos trataron, o lo que
hubiésemos querido que ellas hicieran o fuesen en su lugar, limitamos nuestras
vidas y la expansión de nuestra energía por senderos más alegres y plenos.
El alma que acuerda convertirse en nuestra madre en una vida es,
por cierto, la persona más importante e influyente en nuestro grupo álmico. Eso
no significa que vayan a tratarnos con bondad amorosa, significa que van a
cumplir la misión de su alma en nuestras vidas de la forma que mejor puedan,
según nuestro contrato del alma.
Hay tres aspectos de la energía física, emocional y espiritual de
la madre
- A través del
aspecto físico nuestra madre acuerda darnos la vida, traernos al mundo.
- A través del
aspecto emocional ella acuerda energizar nuestra impronta en el ADN
emocional creando nuestro paradigma de poder.
- A través del
aspecto espiritual, tenemos nuestro contrato álmico con ella que fija las
bases para otros dos aspectos, que incluyen la sanación de nuestro karma
con nosotros mismos, con nuestro grupo álmico y con ella.
Al reconocer estos tres aspectos de la maternidad, nuestra
relación con la madre comienza a adoptar nuevas dimensiones y podemos
considerarlo desde una perspectiva totalmente diferente.
Parte de nuestro trabajo como seres conscientes e iluminados fue
el de preparar a la tierra para nuevas generaciones de niños y para ser el tipo
de padres que ellos necesitarían para expresar plenamente su energía. Lo que
aprendimos de nuestras madres nos ayudó
a hacer eso porque nos convirtió en padres más conscientes – conscientes
de la energía, sentimientos, emociones, acciones, potencial, dolor, traición y
poder.
La mayoría de los nacidos antes de los 80 tenían madres poderosas
encerradas en vidas impotentes y a veces vertieron sus frustraciones sobre
nosotros. En mis años de asesoramiento intuitivo me ha asombrado el número de
madres enfermas mentalmente, desorientadas y hasta psicóticas. Sus hijos se
convirtieron en víctimas de energías que no podían utilizar, manejar o expresar
y fueron muy mal tratados. Me sorprende que algunos de mis clientes hayan
logrado vencer su niñez porque su experiencia fue terrible.
Como adultos, utilizamos lo que experimentamos con nuestra madre
para lograr un mayor propósito en nuestro uso del poder o vivir en agonía
silenciosa, dolor e impotencia al tener una madre que no nos dio suficiente
apoyo, guía o atención, o al menos eso creemos. O que nos dañó tanto
emocionalmente que nunca nos recuperamos.
Podemos utilizar la celebración del Día de las Madres para
amamantarnos, para liberarnos de una carga de energía muy tóxica perdonando a
nuestras por todo lo que hicieron o no hicieron y reconocerlas como maestras
espirituales que han sido. Y entonces amarnos de la forma en que queremos ser
nutridos, apoyados, guiados y amados, comenzando con nosotros mismos lo que
entonces atrae a personas amorosas que nos pueden llevar más allá de la
experiencia del contrato del alma con nuestra madre dándonos una nueva
experiencia de amor que podamos incorporar, encontrar en ella paz y compartirla
con el mundo.
Y si a través de nuestra experiencia en la niñez fuimos padres más
compasivos, amorosos y conscientes con nuestros hijos entonces podemos celebrar
nuestra victoria al haber concluido el ciclo kármico creando un nuevo nivel de
maternidad empoderada que honra la misión del alma madre/hijo y el propósito de
vida en una forma más amorosa, respetuosa y sostenida.
Jennifer
Hoffman
Derechos de autor
reservados © 2016 por Jennifer Hoffman. Pueden citar, traducir, reimprimir o
referirse a este mensaje si mencionan el nombre de la autora e incluyen un
vínculo de trabajo a: http://enlighteninglife.com Traducción: Fara González
Difusión: El Manantial del Caduceo en la Era del Ahora - http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
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